A unos 20 minutos andando por la carretera desde casa, llegamos al colegio Sunrise Schools, nuestro primer proyecto. Desde el momento en que llegamos, me sorprendió ver a todos los niños en sus uniformes, perfectamente organizados en filas y listos para salir a marchar por las calles de alrededor de la ciudad con su banda de músicos y sus alegres cánticos. Fue un primer espectáculo emocionante y lleno de energía.

La edificación de la escuela me dejó impresionada, con muchas áreas verdes y sólidas y amplias instalaciones que reflejan el compromiso del colegio con la educación de calidad. Todo estaba perfectamente organizado y cuidado, desde los salones de clases hasta las zonas deportivas y recreativas.

Pero lo que más me sorprendió de la escuela fueron los niños. Su buena conducta y respeto por los demás es algo que realmente me llamó la atención durante mi visita. No pude evitar notar la disciplina con la que se desenvolvían, tanto dentro como fuera del aula, y el compromiso que mostraban en cada una de las actividades en las que participaban y con sus maestros.

Además, con sus uniformes, los niños lucían cuidados y reflejaban el compromiso de la escuela por fomentar valores como la disciplina y el respeto por uno mismo y los demás.

Los maestros también dejaron una gran impresión en mi. Pude ver su dedicación y compromiso con la educación de los estudiantes, y cómo trabajan incansablemente para ofrecer una educación de calidad a cada uno de los niños que asisten al colegio. La paciencia y la pasión que mostraban en su labor es algo que realmente valoro y admiro.

El costo de la matrícula de esta escuela es bastante caro considerando el entorno de familias que viven en pobreza a su alrededor. Pero sí puedo dar fe que el coste se ve reflejado en lo que tienen y en lo que hacen por los niños. Además de que las aulas son amplias y los niños tienen espacio suficiente para trabajar y estudiar cómodamente, y de disponer de desayuno y comida a diario durante toda la semana.